De nuevo el Servicio Aéreo de la Guardia Civil ha desplazado un avión B350i del GRUPAV (Grupo de Aviones) desde su base en Torrejón al Mediterráneo, en esta ocasión dentro de la Operación Indalo y teniendo como base el aeropuerto de Alicante.

El 28 de enero en el aeropuerto de Alicante tenia lugar una pequeña ceremonia en la que se daba fin a la presencia durante casi dos meses de personal del SAER cuya labor principal ha sido participar junto a otros elementos aéreos, navales y terrestres tanto nacionales como internacionales en la Operación Indalo. Gracias a las imágenes facilitadas por la Subdelegación del Gobierno en Alicante hemos podido ver diferentes secuencias en las que se podía ver como se entrevistaba con parte de la tripulación de la aeronave así como con el Coronel Jefe de la Comandancia de Alicante de la Guardia Civil. La tripulación formada por cuatro componentes entre ellos dos pilotos, un Operador de Sistemas y un observador o mecánico, han aprovechado para explicar a la Subdelegada del Gobierno y al Jefe de la Comandancia los pormenores de la aeronave, una Beechcraft Super King Air B350i que gracias a sus sistemas optronicos como el radar de búsqueda marítimo o la torreta Wescam facilitan la localización y seguimiento de las embarcaciones que son susceptibles de transportar a migrantes ilegales o posibles planeadoras cargadas de droga. Esta aeronave es una de las tres que posee en la actualidad el GRUPAV con base en la Sede central del SAER en Torrejón de Ardoz, las otras dos son del tipo CN-235.


La Operación Indalo es una de las tres operaciones que la Agencia Europea FRONTEX mantiene en el Mediterráneo, junto a las Poseidón (Mediterráneo Oriental) y Themis (Mediterráneo Central).

La Operación Indalo tiene lugar en el Mediterráneo Occidental y es España la que tiene que solicitarla. De ahí que este tipo de operaciones se realicen en unos meses determinados, principalmente en aquellos que se pueden producir o se producen un mayor aumento de llegada de pateras o embarcaciones a nuestras costas en el Mediterráneo. En ella participan aeronaves de diferentes paises europeos no solo del ámbito policial sino también militar (ya sean helicópteros o aviones de patrulla marítima). Como se han podido ver en aeropuertos como los de Málaga, Alicante, Palma de Mallorca o Rota. El cometido es buscar, vigilar y monitorizar aquellas embarcaciones que puedan ser utilizadas para el transporte de migrantes ilegales con destino a las costas españolas, ya no solo las Andaluzas, sino también a las de la Comunidad Autónoma de Valencia así como al Archipiélago Balear. Y que generalmente provienen de las costas del norte de África principalmente de Marruecos y Argelia. Hace poco en este Blog hacíamos también referencia de la utilización de este mismo avión desde Palma de Mallorca. Estas aeronaves cuentan también con la colaboración de buques del Servicio Marítimo de la Guardia Civil que se complementa con las Patrullas en la costa de las Unidades de Fiscal y Fronteras así como la inestimable ayuda del SIVE (Sistema Integral de Vigilancia Exterior) que se encuentra a lo largo de las costas andaluzas. Siendo volcada toda esta información al CECORVIGMAR. desde donde se enlaza con el FRONTEX.
En declaraciones al periódico digital «Información» podemos leer ;
«Durante estos dos meses de servicio de vigilancia marítima, la tripulación de este avión de la Guardia Civil ha avistado pateras y ha transmitido la información para proceder al rescate de las personas que iban a bordo. Asimismo, en una ocasión detectaron 17 narcolanchas que navegaban a gran velocidad a unas veinte millas de la costa de Cartagena. Cada día de servicio el avión ha cubierto la vigilancia de unas 800 millas náuticas cuadradas entre Alicante y el Estrecho.
Patrullan desde el aire a unos 4.500 pies de altura y cuenta con un radar con el que los operadores son capaces de detectar si una traza que aparece a 20 millas náuticas de distancia puede ser una patera o una narcolancha.
Estos objetivos son grabados con las cámaras optrónicas de largo alcance. De esta forma, pueden grabar una narcolancha o una patera a unas diez millas de distancia sin ser detectados y «vigilar de forma discreta un objetivo», según el comandante Marín.
La pericia de los guardias civiles de la tripulación de esta aeronave también es fundamental a la hora de analizar los datos que les aporta el radar para avistar los posibles objetivos. «El corazón del avión de vigilancia es el radar», explica un agente del Grupo de Aviones del Servicio Aéreo de la Guardia Civil, quien precisa que también usan infrarrojos que les permiten detectar por las noches el contraste del motor y a las personas que viajan en embarcaciones.
El comandante Sergio Marín considera un acierto la elección de Alicante como base del avión durante la «Operación Indalo», ya que es «un punto neurálgico» desde el que se puede controlar el sur de la península y el sur de Baleares, además de la ventaja de ser un aeropuerto que está abierto las 24 horas. «Nosotros no solo hacemos misiones programadas, sino que atendemos alertas de cualquier incidencia en la zona de la operación, desde el sur de Mallorca hasta el Estrecho», según el comandante, quien destaca que no solo realizan un servicio coercitivo, sino también humanitario.»
Fuentes: Subdelegación del Gobierno en Alicante, Informacion.es, castellondiario.com, FRONTEX, Guardia Civil, @narcodiario